CAUSAS Y EFECTOS DE LA DEFORESTACIÓN

Deforestación

La deforestación es el proceso, generalmente provocado por los humanos, que destruye la vegetación de un bosque. 

Pese a que las causas sean principalmente humanas, en ocasiones también intervienen factores no humanos, como por ejemplo, un incendio no provocado.

Todos sabemos que los árboles cumplen una serie de funciones muy importantes para la supervivencia del ser humano y de los animales. Producen oxígeno, nos proporcionan alimento, ayudan a que no se produzcan desprendimientos de tierra e incluso son la base de algunos medicamentos… También absorben el dióxido de carbono, los gases de efecto invernadero y refrescan el ambiente. Además, sirven de hogar y alimento para muchas especies de animales. 

Por culpa de la industrialización y el crecimiento de la humanidad sus funciones han pasado a un segundo plano. El ser humano ha primado cubrir sus necesidades a costa de los recursos que nos ofrece la naturaleza. Y para ello, es imprescindible talar millones de árboles al año. 

Talar árboles comienza a convertirse en un problema cuando esta tala es incontrolada, es decir, cuando no vamos a poder repoblar los árboles que hemos destruido.

Sucede principalmente por dos motivos; el primero y más obvio es por la cantidad de árboles talados, que es muchísimo mayor a la de plantados. Y el segundo motivo es que muchas veces, destruimos el bosque para convertirlo en carreteras, viviendas o edificios comerciales por lo que resulta inviable repoblar ese terreno.

Esta situación puede llegar a su límite porque los recursos de la naturaleza son limitados.

Si no frenamos la deforestación, llegará el día en el que revertir la situación sea imposible.

Causas de la deforestación:

Naturales: inundaciones, erupciones volcánicas, incendios por causas naturales, terremotos o incluso tsunamis. Pero esto es una pequeña parte, no causan ni el 5% de la deforestación total. 

No naturales: las causas no naturales son las derivadas de la actividad humana, entre ellas, encontramos:

Uso de terreno para edificar: como hemos dicho antes, el aumento de la población en el mundo hace que necesitemos más espacio para construir nuevas viviendas. La solución pasa por talar árboles y construir nuevas casas o carreteras que conectan las ciudades. 

Uso de madera para todo tipo de artículos: Como por ejemplo; hojas de papel, muebles para el hogar, accesorios, o como combustible. 

Producción de ingredientes: como pasa con el aceite de palma, que lo encontramos en la mayoría de los alimentos. En muchos de ellos nunca lo pensaríamos; en comida precocinada, congelada, en bollería industrial, en productos de limpieza, de higiene personal, en cosméticos, en velas…

Aumento del tamaño de las granjas: esta es una consecuencia del aumento de la población. Al haber más demanda, los ganaderos necesitan más espacio para satisfacer la oferta y cubrir los pedidos. 

Los incendios: cada año aumenta el número de incendios intencionados. Además, debido a la sequía se propagan más fácilmente y son más difíciles de controlar. Las consecuencias son devastadoras, millones de hectáreas perdidas a causa del fuego. 

Todas estas causas tienen unas consecuencias directas. Veamos a continuación de cuáles estamos hablando:

Principales efectos de la deforestación:

Pérdida de bosques: la deforestación nos está llevando hacia una pérdida de los bosques. Además, deja el suelo árido y se pierde su calidad.

Extinción de especies: tanto de plantas como de animales. Una vez extinguidas, ya nunca podremos recuperarlas. Los animales que sobreviven, se ven obligados a adaptarse a su nuevo hábitat o a buscar un nuevo hogar. Con el consecuente desplazamiento de especies.  

Aumenta el cambio climático: al haber menos árboles, se reduce la capacidad de limpiar el aire de dióxido de carbono, la producción de oxígeno y la temperatura aumenta. En definitiva, el planeta se deteriora más rápido. 

¿Cómo evitar la deforestación?

La solución más efectiva, pero la más difícil, es dejar de talar de forma masiva los árboles.  El interés económico es demasiado grande como para que esto ocurra.  

Sin embargo, los gobiernos pueden establecer planes para talar de forma más inteligente, reduciendo la tala y plantando más árboles.

Compra de forma responsable: como hemos dicho antes, una de las causas de la deforestación es la demanda.  Daremos un paso muy importante si cambiamos nuestros hábitos de compra y demandamos más productos que vengan de una producción sostenible y respetuosa.

Por su parte, el gobierno también puede crear campañas de sensibilización y educación. Promover el consumo responsable y de producción que no perjudique el medio ambiente. 

Así, entre todos, podremos poner fin a este gran problema que acecha el planeta como es la pérdida de nuestros bosques.