LA INTOLERANCIA ALIMENTARIA

La intolerancia alimentaria

La intolerancia alimentaria es un déficit digestivo enzimático. Es decir, se da cuando al organismo le falta la enzima responsable de metabolizar un determinado alimento. Por lo tanto, el organismo no es capaz de digerirlo y puede causar problemas digestivos que son molestos y que, a la larga, tienen un impacto negativo en la salud y la calidad de vida de la persona que lo padece.

No hay que confundir la intolerancia alimentaria con la alergia alimentaria. La alergia es una respuesta del sistema inmune a un alimento ingerido y origina una reacción rápida, siendo muy peligroso para la salud ya que, por ejemplo, puede provocar dificultad para respirar y precisar de ayuda médica urgente. Incluso, en algunos casos, basta con comer una pequeña cantidad. 

Intolerancia alimentaria: las 2 más comunes

Intolerancia a la lactosa

Es la afección de la mucosa intestinal debido a que el organismo no produce, ya sea de forma total o parcial, la lactasa que es la enzima encargada de metabolizar la lactosa. Los mamíferos, tras finalizar la etapa de lactancia, experimentamos un descenso en la producción de la lactasa. 

En las sociedades que no consumen productos lácteos, este descenso es mayor, en cambio, en las que sí los consumen se produce una mutación en un cromosoma que permite la correcta absorción de la lactosa, pero no en todos los casos. Por esta razón, la prevalencia de la intolerancia a la lactosa a nivel mundial, varía dependiendo del origen étnico y la predisposición del individuo.

Intolerancia al gluten

Es una intolerancia permanente al gluten de trigo, la cebada, el centeno y la avena, pero debemos diferenciar la enfermedad celiaquía de la sensibilidad al gluten. Se cree que es una combinación de varios factores los que producen esta intolerancia y son la predisposición genética a padecerla combinado con el consumo de alimentos con gluten, además de otros factores que se desconoce la causa precisa. La alimentación que llevamos en la etapa infantil, las infecciones gastrointestinales y el estado de la microbiota intestinal, también pueden contribuir a desarrollarla.  

Las intolerancias alimentarias más comunes son las relacionadas con el gluten y la lactosa, pero cada vez más, están aumentando las personas intolerantes a la fructosa, la sacarosa y la histamina.

Síntomas de la intolerancia alimentaria

  • Malas digestiones
  • Dolor abdominal
  • Hinchazón abdominal
  • Náuseas y vómitos
  • Gases
  • Diarreas o estreñimiento
  • Malabsorción intestinal
  • Fatiga
  • Problemas en la piel
  • Problemas neurológicos
  • Problemas endocrinos

Algunos de los síntomas, si se prolongan en el tiempo, pueden llegar a ser una verdadera lacra para la persona que padece la intolerancia alimentaria. Por ejemplo, en el caso de sufrir el síntoma de la malabsorción intestinal, el intestino es incapaz de obtener ciertos azúcares, grasas, proteínas o vitaminas de los alimentos. Por lo tanto, con el tiempo puede llevar a padecer ciertos problemas como anemia o déficit de vitaminas esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.

Detección y tratamiento para la intolerancia alimentaria

Hoy en día la detección de una intolerancia alimentaria es más sencillo que años atrás, ya que existen test y pruebas específicas para tal fin. Pero cuidado, porque existen ciertos tests que son capaces de analizar si una persona es intolerante a una gran cantidad de alimentos en pocos minutos y éstos, según la comunidad científica, no todos son fiables ni rigurosos.

Dependiendo del caso particular de cada individuo, esta detección puede suponer más tiempo, ya que hay ciertas intolerancias que no son fáciles de detectar con una prueba y debe ser revisada con más detenimiento. Es aconsejable que, si crees que puedes estar padeciendo alguna intolerancia alimentaria, te pongas en manos de un endocrino y alergólogo para que puedan hacer un estudio más profundo y comprobar que se trata de una intolerancia alimentaria y no de cualquier otra patología.

Normalmente, el tratamiento de la intolerancia alimentaria se basa en la retirada permanente del alimento que la provoca. Pero no siempre es así, dependiendo del tipo y el origen, se hace una retirada del alimento de forma temporal, readaptando la dieta a las necesidades del caso y en ocasiones añadiendo tratamiento. Una vez estabilizado, se comienza a introducir el alimento en cuestión en pequeñas dosis, observando los efectos que tiene y controlando de forma pautada hasta que pueda tomarlo con normalidad o casi normalidad. 

Recuerda que en tu plataforma de salud laboral tienes distintas dietas adaptadas a las diferentes necesidades, recomendaciones nutricionales y consejos para adaptar hábitos saludables en tu vida.