FOMO es un acrónimo del inglés que significa fear of missing out, “miedo a perderse algo” o “temor a dejar pasar”. Reconocido por psicólogos/as, el síndrome de FOMO es una patología psicológica producida por el desarrollo de Internet y el avance de la tecnología. Esta aprehensión de pensar que podrías estar viviendo experiencias gratificantes de las cuales uno/a está ausente, está en alza y se puede convertir en una carga psicológica realmente preocupante.
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El avance de la tecnología y la posibilidad de estar todo el tiempo conectados/as con lo que otras personas están haciendo, provoca esta ansiedad social, este miedo a perderse oportunidades, experiencias e información. El querer ser aceptado/a por otros individuos y no sentirse excluido como entidad social, es una necesidad psicológica probada y se aviva por el hecho de estar conectados 24/7, influyendo en la salud psicológica de las personas.
Puedes analizar tu nivel de FOMO con este sencillo cuestionario.
El FOMO y las redes sociales
Con las redes sociales tenemos la posibilidad de estar al corriente de las actividades que hacen las personas a las cuales seguimos, exponiendo todas esas situaciones que podríamos estar haciendo nosotros/as en un preciso momento. Ocurre que somos espectadores de un sinfín de opciones que no podemos abarcar y acabamos por desarrollar la percepción de que otros están teniendo mejores experiencias que las nuestras. La sensación de que nuestra vida es menos interesante que la de nuestro alrededor, perdiendo por completo el contacto con la realidad y entrando en el falso juego de la imaginación, las suposiciones y la interpretación, resultando muy dañino para nuestra salud emocional.
Las causas y consecuencias de FOMO
Existe un patrón más o menos marcado, entre las personas que sufren FOMO. Suele tratarse de personas que tienen una autoestima baja, que sienten que son inferiores al resto de personas y que no se dan valor a sí mismas. Son personas que tienen una mala relación con las redes sociales y que, gran parte de su tiempo, lo emplean en ellas, pudiendo desarrollar un trastorno si llega a convertirse en una adicción. A todo este contexto, se le suma un último factor y es el sentimiento de soledad. Las personas que se sienten solas, tienen la necesidad de aumentar su vida social haciendo uso de las redes sociales, la cual cosa las vuelve propensas a sufrir FOMO.
Y es que, según un estudio del Dr. Andy Przybylski en el que investigó la capacidad de los más de 2.000 participantes de desconectar de los Smartphones, descubrió que: FOMO tiene una mayor intensidad entre la gente joven y, en particular, en hombres jóvenes. Cuanto más bajo es el nivel de satisfacción social, más FOMO. Los individuos que más valor dan a las redes sociales y más tiempo les ocupa en sus vidas, desarrollan FOMO.
La investigación pone el foco en las consecuencias que puede tener en la salud mental, pudiendo producir depresión o ansiedad entre las personas que lo padecen. De hecho, este fenómeno que se da en las redes sociales de intentar mostrar cómo se desea ser y no cómo se es en realidad, genera la percepción de que la vida está libre de inconvenientes, que no existen los problemas, que es siempre interesante y atractiva. Esto provoca en gran parte de la población, en especial en los jóvenes, que su identidad social se forme a través de este espejismo, lo cual perjudica gravemente a la salud y que acaba por tener consecuencias psicológicas con el tiempo.
Síntomas del FOMO
- Hacer un uso excesivo de las redes sociales.
- Sentir molestia y enfado cuando unos amigos/as o familiares hablan de un evento al que no pudiste asistir.
- Miedo a que otras personas de nuestro entorno tengan experiencias más satisfactorias y estimulantes que las propias.
- Tener ansiedad cuando no se tiene conocimiento de lo que están haciendo amigos/as y familiares.
- Sentir preocupación al conocer que las amistades están disfrutando y pasándoselo en grande sin uno/a mismo/a.
- Ser muy activo/a en las redes sociales para no perderse nada de lo que está pasando, ni de lo que hacen otras personas.
- Sentir frustración y enfado cuando, debido a las obligaciones laborales y/o familiares, no se puede formar parte de los planes sociales.
- Tener la necesidad de publicar constantemente en redes sociales todo lo que se está haciendo, en especial aquellas que son positivas, evitando mostrar las que no lo son.
- Que resulte imposible desconectar de las redes sociales cuando se está viviendo una actividad divertida y estimulante como, por ejemplo, comentar una serie mientras se está viendo, publicar fotos de una experiencia mientras se está viviendo, etc.
- Sentir miedo a no ser lo suficientemente importante en las redes sociales.