El pasado 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es imprescindible reflexionar sobre la importancia de adoptar una perspectiva de género en el campo de la medicina. A lo largo de la historia, el enfoque androcéntrico ha predominado en la práctica médica, relegando las necesidades específicas de las mujeres y perpetuando un sesgo de género que impacta la salud y el bienestar de millones de personas en todo el mundo.
Si nos pidieran imaginar a alguien que ha sufrido un infarto de miocardio, hace algunas décadas, la descripción sería la de un hombre de negocios, fumador, exitoso y estresado. Sin embargo, en el siglo XXI, esta percepción ha evolucionado considerablemente, desafiando los estereotipos de género arraigados en la sociedad.
¿QUÉ ES EL ANDROCENTRISMO EN LA MEDICINA?
El androcentrismo en la medicina se refiere a un enfoque sesgado que coloca al hombre como el estándar o la medida universal en todos los aspectos relacionados con la salud y la práctica médica. Este enfoque, que ha predominado a lo largo de la historia de la medicina, ha llevado a una falta de atención y comprensión de las necesidades específicas de las mujeres y otras identidades de género en el ámbito de la salud.
En el contexto médico, el androcentrismo se manifiesta de diversas formas:
Investigación y diagnóstico basados en el hombre
Muchos estudios y ensayos clínicos se han centrado en sujetos masculinos, lo que ha llevado a una comprensión limitada de cómo las enfermedades afectan a las mujeres y otros grupos de manera diferente. Por ejemplo, los síntomas de ciertas enfermedades, como el infarto de miocardio, pueden variar entre hombres y mujeres, lo que puede conducir a diagnósticos erróneos o retrasos en el tratamiento en el caso de las mujeres.
Diseño de tratamientos y terapias
Los tratamientos médicos a menudo se diseñan y prueban pensando en cómo funcionarán en hombres, lo que puede resultar en terapias menos efectivas para las mujeres. Esto puede deberse a diferencias biológicas y hormonales entre los géneros que no se tienen en cuenta en el desarrollo de tratamientos.
Estigma y discriminación
El androcentrismo en la medicina también puede manifestarse en la forma en que se abordan los problemas de salud mental y otros aspectos de la atención médica. Por ejemplo, los hombres pueden enfrentar estigma y discriminación al buscar ayuda para problemas de salud mental debido a las expectativas de género que dictan que deben ser fuertes y autónomos.
EL SESGO DE GÉNERO EN LA INVESTIGACIÓN Y EL DIAGNÓSTICO MÉDICO
El androcentrismo en el ámbito médico se manifiesta de diversas formas, desde la forma en que se estudian las enfermedades hasta la manera en que se diseñan los tratamientos. Un ejemplo claro es el caso del infarto, donde durante años se ha basado en síntomas típicos en hombres, ignorando las manifestaciones distintas que pueden presentar las mujeres. Mientras que en ellos es común el dolor precordial y la irradiación al brazo izquierdo, en ellas los síntomas pueden ser más vagos, con angustia y malestar general.
Este enfoque androcéntrico ha llevado a diagnósticos erróneos y retrasos en el tratamiento, evidenciando la necesidad de una perspectiva de género en la medicina. La exclusión de las mujeres en ensayos clínicos y la falta de investigación diferencial han perpetuado este sesgo, dejando de lado las particularidades biológicas y de salud de las mujeres.
DIFERENCIAS SINTOMÁTICAS Y RETRASO DIAGNÓSTICO
La perspectiva de género en medicina abarca una amplia gama de enfermedades y afecciones. Desde enfermedades infecciosas hasta trastornos mentales, las diferencias sintomáticas entre hombres y mujeres pueden conducir a retrasos en el diagnóstico y tratamiento adecuado. La falta de atención a estas disparidades ha perpetuado estigmas y prejuicios, relegando la salud de las mujeres a un segundo plano.
EL ANDROCENTRISMO COMO DISCIPLINA
El androcentrismo no se limita solo al ámbito clínico, sino que también se refleja en la academia y la investigación. La representación del cuerpo masculino como norma universal ha dejado de lado la diversidad biológica y cultural, ignorando las contribuciones de las mujeres a lo largo de la historia de la medicina. Es hora de superar este enfoque sesgado y dar voz a todas las personas, independientemente de su género, en la investigación y la práctica médica.
SESGO DE GÉNERO EN LA VACUNA DEL COVID-19
Un ejemplo para entenderlo, sería durante la pandemia de COVID-19, la cual ha puesto nuevamente de manifiesto las disparidades de género en la medicina. Aunque los ensayos clínicos de las vacunas contaron con representación femenina, el diseño androcéntrico no tuvo en cuenta las variaciones hormonales propias de las mujeres. Esto ha generado incertidumbre sobre posibles efectos secundarios, como las alteraciones menstruales, que no se han investigado adecuadamente.
Es importante la perspectiva de género en medicina para garantizar una atención equitativa y adecuada para todas las personas. Superar el androcentrismo y reconocer las diferencias biológicas y de salud entre hombres y mujeres es un paso crucial hacia una medicina más inclusiva y justa para promover la salud y el bienestar de todas las personas, independientemente de su género.