Independientemente de la época del año en el que nos encontremos, sin importar el clima o la temporada, podemos encontrar todos los productos que imaginemos en un mismo establecimiento. A priori, puede parecer muy cómodo y hacernos sentir privilegiados, pero lejos de la realidad, tiene efectos directos en nuestra salud y en la del medioambiente.
Es importante cuestionarse de dónde provienen los alimentos, por qué los productos de la naturaleza tienen un proceso de crecimiento determinado y cómo se han producido para que podamos tenerlos a nuestra disposición todos los días del año y en cualquier rincón del territorio.
Dentro del calendario, todas las frutas y verduras tienen su momento. Aquel en el que la naturaleza ofrece todas las condiciones para que crezcan y maduren de forma natural. Época en la que se encuentran en su máximo esplendor y en la que el alimento posee todos los nutrientes necesarios. En cambio, aquellos que no son de temporada se ven forzados a crecer fuera del tiempo que les corresponde.
Consumir productos de temporada tiene múltiples beneficios para los consumidores y para todo el planeta. Conocer el valor de un producto no sólo gira en torno al precio, sino que el origen y las características son de vital importancia para hacer un consumo responsable.
BENEFICIOS DE CONSUMIR PRODUCTOS DE TEMPORADA
Apuestas por calidad
Consumir productos de temporada nos garantiza una mayor calidad del alimento en cuanto al sabor, aroma, textura y nutrientes. La razón es que no se ha manipulado ni forzado el cultivo para ser recogidos en un mes que no es el original. Se han respetado los tiempos del producto, cultivados, madurados en su proceso natural y en el clima óptimo del alimento.
Apoyas el comercio local
Los beneficios de consumir productos de temporada van más allá de la salud. Representa, a su vez, apoyo y colaboración con los comercios locales y de proximidad, ayudando al tejido económico y social. Cada vez que una persona decide comprar productos de temporada y de proximidad, no sólo estará protegiendo al comercio, sino que también estará apoyando a toda la producción local.
Respetas la biodiversidad
Cada lugar es rico en una variedad autóctona concreta de especies agroalimentarias y, en algunos casos, corren peligro de desaparición. La razón es que, algunos productos, están fuera de los grandes círculos de consumo y caen en el olvido. Consumir productos de temporada frena este hecho, favoreciendo a la biodiversidad y la tradición de valorar los frutos que cada entorno proporciona a una zona determinada.
Disponibilidad y mejor precio
Cuando es la temporada de un producto hay más disponibilidad del mismo en cualquier mercado, procedentes de agricultores de la zona que ofrecen el alimento fresco y sin que haya recorrido muchos kilómetros para que llegue a tus manos. Para que un alimento se comercialice fuera de su temporada, debe importarse desde zonas lejanas por lo que, su precio se incrementa por el transporte. Por esta razón, supone un ahorro considerable en su precio.
Más ecológicos
Las verduras y frutas que tienen el sello ecológico, es porque te garantizan que están libres de tóxicos químicos, plaguicidas o fertilizantes. Pero, cuando compras productos de proximidad aunque no sean ecológicos, al crecer en la estación en la que son propicios, te aseguras que el uso de estos productos artificiales sea muy reducido. Cuando el cultivo está fuera de la temporada del alimento, se hace más necesario la utilización de fertilizantes y plaguicidas para el crecimiento del mismo, ya que se está forzando a la planta a crecer en un tiempo y clima que le es antinatural.
Cuidas al planeta
Cuando decidimos consumir productos de proximidad, estamos apostando por la salud del medioambiente y luchando contra el cambio climático. Este consumo beneficia a reducir el gasto energético. Por ejemplo, el que se genera con el transporte, que tantas emisiones de CO₂ desprenden. En el consumo de proximidad, los agricultores, sólo utilizan la tierra cuando realmente es necesaria; este hecho reduce la deforestación y el mal uso del terreno.