En España el grupo GEICAM realizó una investigación en cáncer de mama, proporcionándonos los siguientes resultados: De entre las participantes, las mujeres que no realizaban ningún tipo de ejercicio físico presentaban un 71% más de riesgo de desarrollar un cáncer de mama en comparación a las que sí lo practicaban. Este estudio vuelve a reafirmar al ser humano de un hecho: el deporte es vital para la vida de una persona.
Recomendado por médicos e investigadores, el deporte en mujeres no es sólo un modo de prevención de esta enfermedad clonal, sino que lo es, además, una vez diagnosticada, durante el tratamiento y tras vencer la enfermedad para evitar recaídas. Con sólo treinta minutos, cinco días a la semana, de ejercicio aeróbicos donde se trabaje la resistencia, sería suficiente para obtener todos los beneficios que nos proporciona la actividad física en el organismo.
La importancia del deporte en el cáncer de mama
El deporte refuerza el sistema inmunitario
El sistema inmunitario juega un papel muy importante en la vida de cualquier persona ya que ayuda al cuerpo a combatir enfermedades e infecciones. Por esta razón es vital contra el cáncer. Además, cuando una mujer tiene cáncer de mama y está en tratamiento de quimioterapia o radioterapia, reforzar el sistema inmunitario ayuda a que no sufra bajadas bruscas en sus defensas. Por este hecho se recomienda la práctica regular de deporte, para prevenir estas alteraciones en el organismo.
El deporte como prevención antitumoral
Hacer deporte está demostrado que tiene efectos antitumorales en el cuerpo. Durante el ejercicio físico, las fibras musculares liberan mioquinas que realizan acciones autocrinas, paracrinas y endocrinas, actuando como hormonas. Estas mioquinas tienen un beneficio muy importante que es el aumento de la sensibilidad a la insulina, que pueden inducir al proceso de muerte celular programada. Es decir, eliminan las células innecesarias durante las primeras etapas de desarrollo. Un papel muy importante en la prevención del cáncer.
Prevención y evitar recaída
Como decíamos al inicio del artículo nombrando al estudio de GEICAM, las mujeres que realizan ejercicio físico tienen menos posibilidades a sufrir cáncer de mama y a recaer, una vez pasada la enfermedad. Mantenerse activa físicamente, mejora la calidad de vida a nivel integral y es recomendable porque en esta enfermedad suele suceder que algunas células evadan el tratamiento y sobrevivan, porque el deporte reduce y ralentiza la recurrencia del cáncer.
Mejora el estado anímico y la calidad del sueño
Cuando se realiza ejercicio físico se liberan hormonas que provocan bienestar y placer. Este efecto de nuestro organismo tiene consecuencias muy positivas en la persona que sufre o ha sufrido cáncer porque reduce el estrés y la ansiedad, que son estados de ánimos que suelen manifestarse con la enfermedad. La calidad del sueño también sufre las consecuencias y, el deporte, aumenta la relajación mental y corporal que es muy efectiva para las personas que no duermen bien. Para que esto resulte, los expertos recomiendan no hacer ejercicio después de las 19h u 20h de la tarde.
Secuelas disminuidas
Algunas de las secuelas del cáncer de mama es la sensación de dolor, el cansancio y la pérdida de tono muscular. El deporte realizado de manera regular y adaptado a cada persona, incidirá en la energía de la mujer, aunque parezca paradójico, aumentando la sensación de vitalidad. Del mismo modo, el ejercicio de fuerza también adaptado, trabaja la musculatura evitando perder el tono muscular que tan necesario es para el movimiento, la salud general, sin olvidarnos de la apariencia física que tan importante es en estas etapas para que una persona tenga una buena autoestima.
Menos efectos secundarios del tratamiento hormonal
En la época actual, normalmente, las mujeres con cáncer de mama se someten a tratamientos hormonales que duran más o menos años, dependiendo de cada persona. Este tipo de procedimientos, hace disminuir el músculo y aumenta la grasa, razón por la cual, el ejercicio físico es recomendado para equilibrar el nivel de grasa, acompañado de una alimentación sana, baja en grasas de mala calidad y rica en frutas, verduras y legumbres.
Lazos afectivos y cáncer de mama
Además del deporte, es importante mantener activos varios aspectos de la vida de la paciente como, por ejemplo, estar acompañada de las personas que amas. El refuerzo afectivo es primordial en estos casos. No tener miedo de hablar de la situación, tener compañía en las visitas médicas y durante el tratamiento, tener ayuda en las tareas prácticas del día a día, hacer deporte en compañía o, sencillamente, charlar.
Diversos estudios exploran la importancia de la contribución del vínculo de apego al bienestar de las mujeres durante y tras el cáncer de mama. Muchas mujeres sienten temor al abandono, necesitan cercanía o se ven abrumadas por la situación. El interés, la comprensión, el acompañamiento, el afecto, el diálogo y el amor, es junto al deporte, una de las mejores labores que pueden hacer los familiares y amigos por su ser querido.