Durante la etapa del embarazo surge la duda sobre si se puede realizar ejercicio físico o si es preferible no hacerlo. Por lo general, sí es recomendable ya que, la actividad durante estos meses tiene beneficios directos tanto en la gestación como en el parto y, además, en la recuperación tras dar a luz. Pero como cada caso es distinto, en aquellos en los que el embarazo sea de alto riesgo, es recomendable preguntar al médico antes de tomar la decisión de practicar deporte.
Existen evidencias que demuestran que, las mujeres que se han mantenido activas durante el embarazo, mejoran su estado físico y emocional a la vez que preparan el cuerpo para afrontar las exigencias de la gestación y del parto. Aunque sea realmente beneficioso, cabe destacar la importancia de escoger bien los ejercicios a practicar, dependiendo de cada etapa del embarazo.
BENEFICIOS DEL EJERCICIO FÍSICO DURANTE EL EMBARAZO
Energía
Es frecuente que, durante el primer y tercer trimestre del embarazo, se experimente más cansancio y fatiga debido a los cambios hormonales. Con ejercicio cardiovascular adaptado a cada trimestre, sin que implique un gran esfuerzo, será suficiente para fortalecer el sistema cardiovascular, aumentar la energía y la vitalidad.
Salud mental
También por los cambios hormonales y las dificultades de las distintas etapas, el estado de ánimo se ve afectado con emociones muy dispares. Realizando ejercicio de forma regular, se liberan endorfinas que estimulan todos los órganos y ayudan a lidiar con los episodios de estrés y ansiedad que se puedan sentir.
Descanso
Muy ligado al beneficio anterior, la práctica de ejercicio regular libera una serie de hormonas que favorecen al buen funcionamiento de la salud física y mental. Entre sus funciones se encuentran las que proporcionan alivio y relajación en el sistema nervioso, actuando directamente sobre el descanso nocturno.
Menos dolor
El ejercicio regular permite aliviar posibles molestias de todo el cuerpo, especialmente en las zonas que más sufren por el embarazo, como son la espalda o las piernas y sus calambres repentinos.
Control de peso
Mantener un peso óptimo, que es distinto en cada mujer, es básico para disfrutar de un embarazo saludable. Alimentarse correctamente con alimentos nutritivos y hacer ejercicio, serán la clave para ir subiendo de peso de forma sana y no perder la movilidad.
Regularidad
El estreñimiento y el embarazo van de la mano, debido a los cambios de hábitos y a la necesidad de permanecer sentada por más tiempo. El ejercicio de forma moderada favorece al movimiento intestinal y, por lo tanto, facilita la evacuación y evita las dificultades para ir de vientre.
Más preparación
Estar preparada mentalmente para el parto es tan importante como estarlo físicamente. Mediante el deporte se puede entrenar varios aspectos que se ponen en práctica al parir. Y es que, al hacer ejercicio escuchas tu respiración y la controlas, al igual que lo haces con tu cuerpo. Son tres aspectos clave durante el parto.
LOS MEJORES EJERCICIOS DURANTE EL EMBARAZO
Caminar
Si no se hacía deporte antes del embarazo, dar paseos a buen ritmo durante 30 minutos como mínimo, es ideal para iniciarse y empezar a movilizar el cuerpo a nivel cardiovascular. El paseo evita un impacto muy brusco en las rodillas, pero dependerá de la intensidad y del calzado. Cabe destacar que a medida que el embarazo avanza el centro de gravedad cambiará y, con ello, el equilibrio. Por lo que es mejor escoger terrenos planos en meses más avanzados, para evitar caídas.
Yoga
Esta disciplina es ideal por muchas razones. La primera es que, como la anterior, es de bajo impacto. La segunda, que todas las Asanas se realizan junto al control de la respiración, que será una gran aliada en el momento del parto. La tercera es que tomas consciencia plena del cuerpo y esto se suma al trabajo físico, al trabajo de la observación y la aceptación. Se aconseja evitar las Asanas que requieren de mucho esfuerzo. Lo mejor para el embarazo es el Hatha yoga o el yoga prenatal.
Natación
La natación ofrece la oportunidad de realizar ejercicio sin ejercer presión en las articulaciones. Además, el peso extra que se suma en el embarazo puede resultar muy cansado, aún más si le añadimos el ejercicio. En cambio en el agua, al flotar el cuerpo, supone un alivio y hace que resulte muy cómodo ejercitarse. Es importante entrar al agua por las escaleras, sin saltar e impactar directamente con el abdomen, no siendo aconsejable bucear. Elige un estilo de nado cómodo y que no cause tensión en la espalda alta, hombros y cuello.
Deporte habitual
En el caso de mujeres que ya practicaban deporte de forma habitual, se puede seguir entrenando como se acostumbraba antes de la gestación, siempre que no se trate de una práctica arriesgada. Para seguir haciendo esas actividades deportivas que nos gustan, es vital cambiar el chip y adecuar la actividad física al estado actual de embarazada. Por lo tanto, se aconseja bajar revoluciones y cambiar un poco la rutina para no agotarse.