“El ser humano es un animal social por naturaleza”, como ya decía Aristóteles hace más de 2.500 años. Y es que nos necesitamos en sociedad para sobrevivir. El hombre aislado no puede desarrollarse como persona y de ahí nuestra tendencia a agruparnos en lugar de aislarnos.
Para comunicarnos y convivir, precisamos de una serie de habilidades que deberíamos ir desarrollando a lo largo de la vida. En el ámbito laboral, la formación es la base para saber desenvolverse en una profesión, pero son las habilidades las que marcan la diferencia y las que añaden valor a la plantilla de una empresa.
Las habilidades en el trabajo son aquellas que no tienen que ver con el conocimiento técnico sino con su carácter. A estas habilidades en el trabajo, se le suman unas aptitudes sociales que enriquecen los equipos, hacen que el ambiente sea más agradable y que todo funcione correctamente.
HABILIDADES EN EL TRABAJO
A nivel laboral existen ciertas capacidades que son muy valoradas y que refuerzan la calidad del personal. Casi todas las empresas, independientemente del sector, valoran las habilidades sociales de las colaboradoras y los colaboradores porque son necesarias para el trabajo en equipo y la productividad. Estas son necesarias en todos los puestos de toda la estructura de la corporación.
Algunas de las habilidades en el trabajo más valoradas son:
Comunicación
Comunicarse de manera clara y efectiva con las demás personas de tu trabajo, tanto de manera oral como escrita, es primordial. Se usa todo el tiempo y, sin una correcta comunicación, pueden ocurrir confusiones con repercusiones graves. Ser capaz de transmitir la información en las tareas a realizar, de hacer proposiciones de nuevas ideas de forma clara, poder hablar sin vergüenza y expresarse adecuadamente, es básico en cualquier empleo.
Capacidad de escuchar
Escuchar es una habilidad que está directamente relacionada con la comunicación y se necesitan la una de la otra para ser un/a buen/a comunicador/a. Es tan importante expresarse correctamente como saber escuchar a los/as compañeros/as. Esta habilidad ayuda a la convivencia entre equipos, entre equipos de otros departamentos y con los clientes, ya que se sienten valorados y respetados.
Capacidad de adaptación/flexibilidad
En todos los trabajos hay cambios y la habilidad de adaptarse a los entornos laborales en constante transformación, es un valor añadido en un colaborador o colaboradora. Esta capacidad de adaptación es necesaria tanto si empiezas en un nuevo empleo, como si ya llevas tiempo, porque suceden imprevistos frente a los cuales ser capaces de aportar soluciones y ser resolutivos/as resulta muy valioso.
Manejo de conflictos
Una de las habilidades en el trabajo es la capacidad de manejar los problemas. Pasamos gran parte de nuestro tiempo trabajando y, como es natural, pueden ocurrir conflictos. Es necesario saber estar relajado/a y con calma confrontar la situación, tratarlo de manera justa y coherente con todas las partes confrontadas. Saber manejar conflictos es saber explicar la causa del problema e intentar eliminar las diferencias para llegar a puntos en común de una manera constructiva y sin complicar más la situación.
Empatía
Ponerse en la situación de las otras personas e intentar comprender su posición, es una habilidad que ayuda al bienestar de los equipos de una empresa. Escuchar activamente, entender y relacionarse con los pensamientos y las experiencias de los demás es clave en todas las situaciones, pero sobre todo en las más difíciles.
Creatividad
En el día a día surgen situaciones que se deben resolver y hay muchas formas de solventarlas, tantas como maneras distintas de pensar. Los trabajadores y las trabajadoras más valoradas son aquellas que aportan nuevas ideas y buscan soluciones, que observan y están abiertos/as a ver las situaciones desde una visión creativa, explorando nuevas posibilidades.
Organización
Otra habilidad en el trabajo es la organización. Cada persona tiene sus funciones en una empresa y debería ser capaz de gestionarlas. Se trata de analizar la información y las tareas, planificar, establecer prioridades, marcarse objetivos realistas y, por último, pasar a la acción y llevarlas a cabo. Con plantillas organizadas, las empresas son más eficaces y es por eso que es una habilidad tan apreciada.
Actitud positiva
La actitud individual de las personas que integran un equipo es importante para lograr un buen ambiente general. Para hacer del lugar de trabajo un lugar más productivo y humano, es necesario plantillas con personas con una buena actitud, dispuestas a desarrollar el buen comportamiento con los demás, buena relación y amabilidad. No hace falta crear amistades, pero sí una relación de buenos/as compañeros/as.
Trabajo en equipo
Tener un carácter proactivo, abierto y la capacidad de colaborar con las demás personas, son actitudes que denotan que un individuo es capaz de trabajar con más compañeros y compañeras. Es de primera necesidad en todas las empresas y hasta en el trabajo más independiente se necesita de colaboración para que todo funcione.