EL 1% MÁS RICO DE LA POBLACIÓN EMITE MÁS EMISIONES DE CO2

Las emisiones de CO2

El 1% de la población más rica del planeta lanza más CO2 que el 50% más pobre. Esta información la podemos extraer del nuevo estudio que publica Oxfam Intermón, en el que denuncia las diferencias en las emisiones de CO2 entre la población, según su renta. Si esta situación se mantiene, en 2030 será 30 veces superior a la necesaria para cumplir el objetivo del Acuerdo de París que limita el calentamiento global a 1,5°C en nueve años.

Esta situación no es algo que afecte exclusivamente en la actualidad. En 2015 las cifras ya vaticinaban la existencia de una desigualdad tan desmedida que ha mantenido el debate vivo hasta la reciente COP26: el 1% de los ciudadanos más ricos eran los causantes del 15% del total de las emisiones de C02. En cambio, en el mismo año, al 50% de la población más pobre del planeta le correspondía el 7% de las emisiones.

El estudio ha sido realizado a partir de las investigaciones del Institute for European Environmental Policy (IEEP) y el Stockholm Environment Institute (SEI). Parte de un análisis exhaustivo de las emisiones de la población global y los diferentes grupos de ingresos. Se concluye evidenciando la diferencia que existe entre la gran huella de carbono que produce una minoría mundial, en comparación con la otra parte de la sociedad, que es una inmensa mayoría. Los niveles de emisiones de la población más rica, son los que implican hoy los recortes tan drásticos en las emisiones de CO2 para el resto de la población.

Las emisiones de C02 deberían reducirse drásticamente 

El informe muestra varios gráficos que representan la información del estudio. En uno de ellos podemos ver el consumo de toneladas de CO2 per cápita en 1990, 2015 y 2030, en comparación con el acuerdo pactado de 2,3 toneladas per cápita. Las conclusiones que extraemos de dicha representación es que, en función de los ingresos, el único grupo de la población que cumple el pacto es la mitad de la población más pobre, ya que sus emisiones están muy por debajo de los niveles requeridos para no superar los 1,5ºC del Acuerdo de París.

De hecho, si este segmento más pobre de la población mundial aumentara sus emisiones un 200%, aún así, no llegaría nunca a alcanzar el 2,3 toneladas que implicaría una subida de 1,5 grados. En cambio, con el ritmo de consumo actual de los habitantes más acomodados, sí se pronostica que lo alcancen. Incluso, que se llegue a superar.

Para estar dentro del límite pactado de emisiones de CO2, el 1% más rico de la población debería rebajar sus emisiones un 90%, pero según los cálculos efectuados, sólo prevé hacerlo un 11% siendo, por lo tanto, insuficiente. Una única persona de este 1% más adinerado, debería reducir sus actuales emisiones en torno a un 97% para poder lograr el nivel requerido.

En el 1% de la población recae el cambio contundente

Aunque los datos son alarmantes, no toda la información es desesperanzadora. El Acuerdo de París de 2015, sí está teniendo algún impacto y se prevé que para el 2030 el 40% restante de la población reduzca las emisiones un 9% con respecto al 2015. Se trata de un cambio importante para este grupo que lo forman, principalmente, países de renta media como China o Sudáfrica. En estos lugares, se registró entre 1990 y 2015, una rápida subida de las emisiones.

Pero, si realmente se quiere conseguir un cambio notorio, hay que poner el foco de atención en ese 1% de la población. Se trata de una pequeña élite mundial que genera grandes cantidades de CO2, la cual es la causante de fenómenos meteorológicos extremos que se están produciendo por todo el mundo y que ponen en peligro la salud del planeta y, por consiguiente, la de todos y cada uno de los seres vivos de la Tierra. 

En palabras de Jacobo Ocharán, responsable de la iniciativa Climática de Oxfam Intermón: “Las emisiones que produce el vuelo de un multimillonario al espacio superan las que puede generar una de las mil millones de personas más pobres del planeta a lo largo de toda su vida […] Solamente las emisiones del 10 % más rico, podrían hacer que superemos el límite fijado en los próximos nueve años. Esto tendría consecuencias catastróficas para algunos de los habitantes más vulnerables de la Tierra, que sufren tormentas que se cobran la vida de las personas, además de hambre y pobreza».