LOS EFECTOS DEL ESTRÉS EN LA PIEL

Los efectos del estrés en la piel

Hemos hablado de cómo el estrés afecta a nuestra salud emocional y física, con consecuencias que acabamos normalizando como la ansiedad, la depresión, las alteraciones del sueño, los problemas digestivos, migrañas, cansancio, fatiga, etc. Pero, ¿conoces los efectos del estrés en la piel?

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y existe una conexión embriológica entre ésta y el sistema nervioso, que está presente en toda la vida del ser humano. Es por eso que los problemas de la piel por estrés suelen ser algo bastante habitual.

El motivo de los efectos del estrés en la piel

El estrés influye en la dermis a través de diferentes mecanismos. Cuando vivimos un momento de nuestra vida con picos de estrés y éstos se prolongan demasiado, las glándulas suprarrenales producen la hormona del cortisol en abundancia. A su vez, el cuerpo genera más adrenalina.

Cuando sentimos estrés, el cortisol ordena a nuestro cuerpo que reduzca el flujo sanguíneo hacia los músculos, el corazón, los pulmones y el cerebro, como una respuesta rápida para que podamos efectuar una huida, lucha o parálisis. ¿Quién es el gran perjudicado de esta táctica que modifica la circulación de la sangre? La piel.

Además, el cortisol cambia y resiente el sistema inmunológico, bajando las defensas cutáneas y, a su vez, activando la inflamación. El cortisol también aumenta el azúcar en sangre, suprime el sistema digestivo y cuando todo esto ocurre, es cuando aparecen los efectos del estrés en la piel.

Con el aumento del estrés, se activa la estimulación de la adrenalina y de corticoides que aumenta la frecuencia cardíaca, incrementa el suministro de energía y la presión arterial sube. Al actuar sobre los receptores de la piel, todos estos factores efectúan un cambio en ella.

Los principales efectos del estrés en la piel

Como hemos visto, el estrés es la reacción del cuerpo frente a un desafío. Un mecanismo de defensa que tiene el organismo para garantizar la supervivencia. Pero cuando se hace crónico, acaba afectando a todo el organismo, incluida la piel. Flacidez, manchas, piel apagada, deshidratación, pérdida de elasticidad, arrugas o picores.

Además, existe un grupo de enfermedades en la dermis que científicamente se han relacionado con el estrés, el aumento del cortisol y la estimulación de la adrenalina. Algunas de las más importantes y más extendidas entre la población son las que exponemos a continuación.

· Acné ·

Los factores hormonales son decisivos en la aparición del acné, pero cada vez son más los dermatólogos que evidencian la importancia del factor emocional y, por lo tanto, confirman los efectos del estrés en la piel. 

· Dermatitis ·

Esta inflamación en la piel es común cuando hay estrés, provocando piel seca y reactiva y eczemas en cualquier parte del cuerpo. Puede ser del tipo seborreica o atópica.

· Psoriasis ·

Es una enfermedad crónica en la piel que suele ocasionar brotes que, entre otras razones, suelen aparecer en situaciones de estrés.

· Excoriaciones ·

En este caso, el estrés genera que la persona que lo sufre rasque su piel generando ciclos de prurito y rascado. Debido a este hecho, se pueden llegar a producir lesiones por el rascado repetitivo y compulsivo.

· Vitíligo ·

Es una enfermedad autoinmune en que las defensas del cuerpo atacan a las células que producen melanina, por eso se manifiesta en forma de manchas que no tienen pigmento. Aunque tiene un componente genético, el estrés ayuda a su desarrollo.

Rosácea

Otros de los efectos del estrés en la piel. Es de carácter crónico y afecta a la cara, causando etapas de mejora y empeora. El factor emocional y, en concreto el estrés, agravan la aparición de estos brotes que enrojecen la cara.

¿Qué podemos hacer para prevenir los efectos del estrés en la piel?

Además de llevar una alimentación equilibrada con todos los nutrientes necesarios, es vital trabajar el bienestar mental para hacer una prevención del estrés. Es natural y sano que sintamos estrés en una situación puntual, pero se debe evitar que perdure en el tiempo y se haga crónico. Para impedir que suceda te damos algunos consejos:

  • Practicar ejercicio físico de forma regular.
  • Hacer yoga o meditar.
  • Usar técnicas de respiración en momentos de estrés.
  • El contacto con la naturaleza de forma regular.
  • Disfrutar de nuestros hobbies.
  • Dedicar un tiempo al cuidado personal.
  • Pedir ayuda psicológica si es necesario.

Recuerda que tu plataforma de salud laboral de WellWo te ofrece programas de Mindfulness y consejos para el manejo del estrés, así como distintas disciplinas de ejercicio físico.