La ansiedad es un sentimiento de temor y puede ser natural, como respuesta a una situación de estrés. Pero cuando las personas tienen un trastorno de ansiedad, este miedo es muy angustioso y no termina en un corto período de tiempo. Por lo tanto, cuando hablamos del trastorno de la ansiedad, nos referimos a una afección en la que este sentimiento de miedo no desaparece, aumenta y empeora con el paso del tiempo. Puede llegar a imposibilitar la vida cotidiana de una persona y acarrear consecuencias como el absentismo laboral.
A continuación conocerás los síntomas más comunes de un trastorno de ansiedad. Si crees que lo puedes estar padeciendo, queremos que sepas que es posible solucionarlo con la asistencia de un/a profesional médico. Con la ayuda de un/a psicólogo/a puedes llegar a identificar y cambiar tu reacción frente a esas cosas que te causan miedo.
Síntomas comunes del trastorno de ansiedad
Preocupación en exceso
Es una respuesta cognitiva característica de la ansiedad y suele permanecer incluso cuando no hay un motivo. Esta preocupación es aparentemente incontrolable y normalmente tiene relación con el futuro (inmediato o a largo plazo), conduciendo al bloqueo momentáneo de la persona que padece ansiedad y a conductas de evitación o huida. Este estado dificulta la adaptación a los cambios y la concentración de las tareas diarias.
No poder conciliar el sueño
La dificultad para regular las emociones es uno de los problemas presentes en la ansiedad y que pueden causar insomnio. La sobreactivación física que provoca los pensamientos intrusivos y las preocupaciones, evitan que una persona pueda conciliar el sueño o permanecer dormida. En este caso, se convierte en un círculo vicioso porque los pensamientos incontrolables no permiten descansar y ese insomnio trae como consecuencia la ansiedad y una mala salud en general.
Agitación
Sentirse ansioso/a hace que el cerebro perciba que estamos en peligro y prepara al cuerpo para una amenaza. Desencadena una serie de efectos: el pulso acelerado, boca seca, sudor o temblor. Cuando una persona tiene ansiedad, es incapaz de reducir este estado de agitación en el tiempo en el que lo haría una persona que no padece este trastorno.
Comportamiento compulsivo
El trastorno compulsivo es un tipo de trastorno de ansiedad. Se trata de obsesiones y comportamientos repetitivos compulsivos que no se pueden evitar. Estas obsesiones se entrometen cuando el individuo intenta pensar o hacer otras acciones diarias, a veces resultando muy complicado llevar a cabo su vida.
Fatiga
Otro de los síntomas del trastorno de ansiedad es fatigarse fácilmente. La fatiga puede venir provocada después de un ataque de ansiedad o puede ser crónica. La comunidad científica no ha sido capaz de determinar si la fatiga se debe a otros síntomas provocados por la ansiedad, como la tensión muscular o el insomnio, o si es por los efectos hormonales de la ansiedad crónica.
Duda persistente
Dudar es un acto natural, pero cuando es constante, la mayoría de veces es hacia uno/a mismo/a. Eso te impide tomar una decisión, se convierte en un bucle y genera angustia e inseguridad, hasta podría tratarse de la llamada duda patológica o persistente. La duda persistente es una característica común en los trastornos de ansiedad.
Tensión muscular
Tensionar la mandíbula, el bruxismo o sufrir constantemente tensión en los músculos del cuerpo, puede ser un síntoma de un trastorno de ansiedad. Una gestión de las emociones nula o no saludable provoca consecuencias y, una de ellas, es la contracción continua de los músculos que se trata de una respuesta natural del organismo frente a un peligro o amenaza.
Problemas digestivos
Las emociones están directamente relacionadas con la función del aparato digestivo y la ansiedad perpetuada acaba por causar calambres, retortijones, dolor puntual, náuseas o algo más grave como inflamación crónica, permeabilidad intestinal, indigestión y otros trastornos digestivos.
Huir de las situaciones sociales
Cuando se siente miedo a socializar hasta el punto de llegar a paralizar, puede ser que estemos frente a un trastorno de ansiedad social. La sensación es de temor cuando se aproxima una situación social, preocupación de que las otras personas te juzguen, miedo y angustia por sentirse expuesto o frente a la posibilidad de ser humillado o avergonzado.
Dificultad para concentrarse
Según estudios, las personas que tienen trastorno de ansiedad afirman tener muchas dificultades para concentrarse. La ansiedad puede llegar a intervenir e incapacitar la memoria funcional, que es la responsable de retener información a corto plazo. Esta es una de las razones por las que las personas que experimentan ansiedad durante un período largo, tienen dificultades para desempeñar las tareas diarias.
Sensación de pánico
Los ataques de pánico recurrentes son producidos por una sensación intensa de miedo, provocan debilitamiento y que suelen estar acompañados de taquicardia, sudoración, falta de aire, temblores, presión en el pecho o miedo a perder el control.
Perfeccionismo
La ansiedad por perfeccionismo suele ocasionar, entre otras cosas, dificultades para acabar los proyectos, tener un comportamiento muy rígido y controlador. Además, suele ir asociada de una autocrítica muy dura y acompañada de una fuerte inseguridad por no sentirnos lo suficientemente buenos/as e incapaces de controlarlo todo.