Como ya sabéis, el colesterol es una grasa natural que participa en muchos procesos de nuestro organismo para que pueda funcionar correctamente. Hay dos tipos de colesterol, a uno se le conoce como colesterol HDL (bueno) y al otro como colesterol LDL (malo).
Hoy en día, es tal la cantidad de información que hay en Internet sobre el colesterol, que es fácil confundirse. No siempre entendemos la diferencia que hay entre el colesterol LDL o malo y el colesterol HDL o bueno, pero es de vital importancia conocerla para entender cuál es la función de cada uno y aprender cómo controlar sus niveles (así no se nos acumulará el malo en las arterias y no nos faltará el bueno para que pueda limpiar nuestro organismo). Es algo muy fácil de entender y nos ayudará a interpretar los análisis de colesterol y mantener una buena salud cardiovascular.
Para poder identificarlos y saber qué funciones cumple cada uno, hemos preparado esta guía que te ayudará:
Aprende a diferenciar los dos tipos de colesterol HDL y LDL:
El cuerpo humano fabrica diferentes tipos de lipoproteínas para poder transportar el colesterol desde el hígado hasta las diferentes partes del cuerpo a través de la sangre. Cada lipoproteína tiene un objetivo concreto.
Colesterol bueno o colesterol HDL
Por otro lado, cuando hablamos del colesterol bueno, nos referimos al HDL (High-Density Lipoproteins, en inglés) son las lipoproteínas de alta intensidad.
Este tipo de colesterol es el que se encarga de transportar el colesterol que se encuentra en nuestras arterias hasta el hígado para que lo elimine de nuestro organismo. Por eso es tan importante mantener unos buenos niveles de este tipo de colesterol en el organismo, para que podamos eliminar el colesterol malo.
Si nos hacemos un análisis de sangre y nos salen unos niveles de colesterol bueno demasiados bajos, nuestro médico nos indicará las mejores técnicas para subirlo. Debemos seguir sus pautas hasta que estemos dentro de los niveles recomendados.
Cuando hablamos del colesterol malo, nos referimos al colesterol LDL (Low-Density Lipoproteins, en inglés), en referencia al colesterol transportado por lipoproteínas de baja densidad.
El LDL es malo porque con el tiempo se puede acumular en nuestras arterias. Esta acumulación es uno de los factores de riesgo que puede causarnos la enfermedad coronaria, aunque también hay otros factores de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad.
Además, también puede influir en la aparición de otras enfermedades del corazón.
Si tenemos el colesterol LDL alto no lo notaremos, pues no presenta síntomas. De ahí, la importancia de realizarse un análisis de sangre para detectarlo. La buena noticia es que hay muchas cosas que podremos hacer para bajar el colesterol malo.
Aunque se considere malo, el colesterol LDL es innecesario, es decir, que también lo necesitamos porque cumple funciones vitales dentro de nuestro organismo. Lo que hay que hacer es controlar sus niveles para que no sean demasiado elevados y nos pueda causar problemas de salud a largo plazo.
Si tenemos alguna pregunta, no debemos dudar en preguntar a nuestro médico, él nos resolverá todas nuestras dudas y nos aconsejará sobre nuestro caso en particular.